Plantas trepadoras
Las plantas trepadoras son muy adecuadas para cubrir amplias zonas y espacios con cierta altura, ya sean vallas, pequeños muros o fachadas de viviendas. Nos sirven para dar sombra, suavizar esquinas, formar galerías verdes, esconder o embellecer paredes y muros, e incluso para cubrir zonas con alguna pendiente en la que otras plantas tendrían problemas para sujetarse a la tierra. La mayoría de ellas se suelen colocar en zonas resguardadas ya que su verticalidad las convierte en frágiles, tanto del viento como de las heladas.
Entre la amplia variedad de trepadoras que podemos encontrar en el
mercado, las hay que no precisan ningún tipo de soporte de sujección, ya que ellas
mismas desarrollan raices aéreas, zarcillos, tallos reptantes o espinas
para ir trepando y agarrándose a zonas verticales, ascender por árboles, etc.
Sino es así, conviene utilizar soportes que aguanten el peso de la planta, como
es el caso de celosías, arcos o pérgolas
Antes de elegir y plantar las trepadoras, se debe tener en
cuenta que atraerán muchos insectos y si se colocan cerca de ventanas y
puertas, puede llegar a ser molesto. Procurar por lo tanto no colocar trepadoras olorosas en
fachadas rodeando las ventanas y puertas, ya que esa zona puede que no sea muy
habitable. Otro problema a tener en cuenta es que si se encaraman a paredes de
viviendas de manera inadecuada, pueden acabar dañando la estructura, incluso a
veces pueden llegar a levantar tejas.
También debemos saber si queremos especies de hojas perenne, que
tendremos con hojas durante todo el año, o bien caducas, así tendremos zonas de
sombra de verano y en invierno dejaremos que pase mejor la luz y el sol. Otras
en cambio son anuales y se siembran cada año, ya que en invierno se hielan.
El clima también es un factor importante a tener en cuenta,
pues hay algunas trepadoras que requieren un clima determinado, y pueden sufrir
mucho con las heladas, llegando incluso a morir. El viento también influirá de
manera negativa en algunas especies delicadas, ya sea por ser fuertes,
demasiado fríos o secos. Cuando están cerca del mar incluso peor, ya que el
viento trae sal que se deposita en las plantas y las quema. Hay algunas especies como la Madreselva que
es de las más resistentes a los suelos y vientos salinos.
Debemos conocer muy bien la zona donde van a ser colocadas, ya
que hay especies apropiadas para zonas de sombra y otras que
requieren estar a pleno sol para florecer abundantemente.
Si queremos regar poco, se deben plantar trepadoras
resistentes a la sequía, incluso que no precisen riego.
Comprobar si el suelo es muy arcilloso o si se encharca, en cuyo
caso las raíces se pudrirán y morirán. El
pH del suelo también debería preocuparnos, ya que algunas trepadoras en suelos
alcalinos, amarillean sus hojas debido a la falta de hierro. Hay plantas que
necesitan un suelo más rico que otras, que pueden vivir perfectamente en suelos
pobres.
La mayor parte de las plantas trepadoras las compramos en viveros
y centros de jardinería y vienen en maceta o con cepellón en bolsa de plástico,
así se pueden plantar en cualquier época del año, pero siempre procurando no
hacerlo en pleno verano o pleno invierno.
Se separan de 2 a 3 metros unas de otras, aunque si se
quiere cubrir antes, pueden plantarse un poco más juntas. El hoyo debe ser al
menos el doble de diámetro del contenedor. Si se planta contra un
muro o soporte, conviene separarlo unos 45 centímetros o más. Si la
tierra no es mala, mezclarla con materia orgánica, tipo estiércol, mantillo o
turba. Si es mala, tirar parte de ella y rellenarla con tierra de buena
calidad. Si el suelo es pobre, arenoso o arcilloso, aplicar al menos 2 kilos de
abono orgánico.
Si queremos que crezca más rápido y más fuerte, podemos agregar el
abono orgánico más un abono mineral. Este abono mineral o químico consiste en
mezclar la tierra con 25 gramos de fertilizante de lenta liberación por cada
planta. Son bolitas que van dejando liberar los nutrientes como nitrógeno,
fósforo, potasio, etc. durante varios meses.
Una vez plantada, asentar con el pie ligeramente y regar
copiosamente. Fijarla a las guías o soporte para conducirla por donde queramos.
Riego
La frecuencia de riego depende de muchos factores,
como es el clima de la zona, si está al sol o sombra, si recibe mucha
influencia del viento, en cuyo caso necesitará más riego, ya que el viento
deshidrata las hojas. Requerirá más riego por supuesto cuando está en pleno
crecimiento y floración, como es en primavera y verano. Si el suelo es arenoso
retendrá menos el agua que los arcillosos. También dependerá del tipo de
especie, ya que como hemos dicho anteriormente hay especies que necesitan más
agua que otras. El tamaño también es importante, ya que si es muy grande,
requerirá más riego al tener más extensión de hojas que cubrir. Las
especies caducas en invierno por supuesto no necesitan riego.
El primer año de plantación, es cuando requerirán más riego,
que poco a poco se puede ir reduciendo, ya que una vez establecida, las raíces
deberían ser más profundas. En 2 ó3 años puede que incluso no sea preciso
ni regarlas, y sobrevivan solo con el agua de lluvia.
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